martes, 8 de julio de 2014

Bueno...a ver. Me acabo de cruzar con un ciclista con camisa y pantalones vaqueros. La bicicleta equipada con alforjas y maletín al hombro. Vamos... que iba a la oficina a trabajar, nada de hacer deporte. En principio no le he dado mayor importancia, hasta me ha parecido ejemplarizante, pero a los pocos metros estaba usando el timbre de su bicicleta para pedir paso a una pareja de abueletes que paseaban de espaldas al él por la acera de Lope De Vega. En un momento ha pasado de conducta ejemplarizante a desvergonzado caradura.